Miedo(s)

He dudado de ser valiente
cuando caminabas por mis costillas
cada vez que te movías silenciosamente
hasta llegar a la clavícula derecha.

Dudé de mi fuerza de aguante
de saltar y no llegar a tus hoyuelos
de buscar y no encontrar(te)
de mirar y no verme en el brillo de tus ojos.

Te salve el culo
y tú entretenido en meterme mariposas
para que me invadiera el miedo;

Miedo,
de dejar de sonreír cada mañana
que atrás se quede mi alegría 
ya inundada entre besos
y poca valentía.

Miedo a los porqués
a las puertas entreabiertas
temo a los silencios
a que me den respuestas.

Tengo miedo, a la felicidad
a no serlo como quiero
temo estar perdida
y la pérdida de quién quiero.

Miedo, al fracaso
a la soledad
al futuro
a esta sociedad.

Temo al vacío
a ser un retal restante de tu piel
tengo miedo
de tener valor, de volver.

Miedo,
de estar anclada a la nada
de ser sólo pasado
y no encontrar salida.

Tengo miedo a que no llegue ese golpe de suerte que tanto espero. 

En tu ventana

Me has empujado

obligándome a mirar la realidad.

Y puedo decir con certeza
no es lo que parece
por quienes me jugaría la cabeza
no se lo merecen.
Sin saberlo tus ojos me han enseñado
la verdad 
que no supe apreciar,
cuanta vanidad.

Ahora, puedo hacer lo que ella
a su manera
-o- puedo expulsar toda esta mierda fuera
y que nada sea lo que era.

Ojalá pueda darte las gracias, ya sabes, por empujarme.

Febrero, 2015

Abrígame

No sé si subir allí
no sé si gritar todo lo que escondo
no sé si serviría 
no sé si tú gritarías conmigo.

No sé como he podido tener tanta suerte
no sé como hago para mantenerla
no sé como explicar(te)
¿cómo lo haces tú?

No sé no ir de la mano por la calle 
me hace indefensa
No sé cruzar un semáforo sin saltar por las líneas blancas
paradójico, me siento estúpida.

No sé que es estar cuerdo;
no sé si es verdad
que las mejores personas
no lo están.

No sé de principios fáciles
no sé de tiempo;
no sé sí tuyyo 
o si tu y yo.

No sé si estoy perdida 
en mi por ti
o en ti por mi.

No sé si sabes que...unos días más
y subiré 
y te lo gritaré
en un susurro.

No sé cuando me encontraré
no sé si me ayudarás
no sé si la cosa es encontrarme en mi o en ti.

Mientras lo pienso...¿me abrigarás?

Cambiante.

No siento más que dolor en la mandíbula de 

tanto reír; 

también lo siento, 
siento 
y compadezco que tú ya no seas la razón.