Sara.
No recuerdo el mes, pero hacía frío
las hojas caían al suelo
no era verano
ni invierno.
Era el día que nos conocimos
en un tercer piso
recuerdo cantándonos
que especial eres,
pero eso no lo supe hasta ahora.
Ahora que te vuelvo a ver
agarraré tu mano
para no volver
a perderte en el tiempo.
Cuánto te eché de menos, sin saberlo.
No cerraré ventanas
para que nuestra risa llegue a todos
no habrá penas
ni tendremos el alma en pedazos
mientras seamos dos en una.
No sé si creo en la casualidad,
prefiero creer en ti
en nuestra amistad.
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